En el mundo hay unos 400 millones de personas que
sufren trastornos mentales o problemas de otro tipo, relacionados con el
alcohol o las drogas.
Independientemente de donde vivamos y de cual sea nuestra posición social, ninguno de nosotros es inmune a cualquier alteración mental por activa si somos nosotros mismos los afectados o por colateralidad cuando el problema se centra en familiares o amigos, pero es un hecho, que nuestro mundo se desmorona cuando en un momento dado nuestras funciones mentales o las de las personas más próximas sufren alguna alteración.
En el mundo desarrollado, las personas con diversidad funcional mental, a pesar de contar hoy con más apoyos que hace unos pocos años atrás y disponer de programas de rehabilitación para integrarlos socialmente, luchan cada día por salir adelante en medio del rechazo de la sociedad por desconocimiento e ignorancia social del problema. Y, con frecuencia, las consecuencias para estas personas son la pobreza, el abandono, la marginación, y el rechazo sistemático de la sociedad, denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales.
Con lo cual el problema en vez de solventarse, pasa a agudizarse y a terminar por excluir a estas personas, de cualquier tipo de ayuda que pueda darles una oportunidad de rehacer sus vidas, y de volver a pertenecer a la sociedad en vez de acabar tiradas, y abandonadas por las calles.
La vida es dura y a veces cruel, no debemos olvidarlo nadie, ni mirar a otro lado cuando vemos algo que no nos gusta, quizás mañana la persona que hoy esquivaste en la esquina sea algún familiar o amigo tuyo o incluso tú mismo...
Porque nadie sabe las vueltas que da la vida.
Independientemente de donde vivamos y de cual sea nuestra posición social, ninguno de nosotros es inmune a cualquier alteración mental por activa si somos nosotros mismos los afectados o por colateralidad cuando el problema se centra en familiares o amigos, pero es un hecho, que nuestro mundo se desmorona cuando en un momento dado nuestras funciones mentales o las de las personas más próximas sufren alguna alteración.
En el mundo desarrollado, las personas con diversidad funcional mental, a pesar de contar hoy con más apoyos que hace unos pocos años atrás y disponer de programas de rehabilitación para integrarlos socialmente, luchan cada día por salir adelante en medio del rechazo de la sociedad por desconocimiento e ignorancia social del problema. Y, con frecuencia, las consecuencias para estas personas son la pobreza, el abandono, la marginación, y el rechazo sistemático de la sociedad, denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales.
Con lo cual el problema en vez de solventarse, pasa a agudizarse y a terminar por excluir a estas personas, de cualquier tipo de ayuda que pueda darles una oportunidad de rehacer sus vidas, y de volver a pertenecer a la sociedad en vez de acabar tiradas, y abandonadas por las calles.
La vida es dura y a veces cruel, no debemos olvidarlo nadie, ni mirar a otro lado cuando vemos algo que no nos gusta, quizás mañana la persona que hoy esquivaste en la esquina sea algún familiar o amigo tuyo o incluso tú mismo...
Porque nadie sabe las vueltas que da la vida.
A mi amigo que nos dejó E.Z.R.
José Manuel.
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